Toma tu cruz y sígueme: ¿Qué quiere decir esto?

Entra y conoce el significado de las palabras dichas por Jesús en la Biblia, escritas en los evangelios sinópticos: Toma tu cruz y sígueme. Versículo Lucas 9:23, Mateo 16:24 y Marcos 8:34, son las citas bíblicas de esta expresión que establece una doctrina cristiana fundamental.

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Toma tu cruz y sígueme Biblia

Los tres evangelios sinópicos de la Biblia, recogen y nos relatan una instrucción de nuestro Señor Jesús para su Iglesia. Dicha instrucción la podemos encontrar en las citas bíblicas de Mateo 16:24, Marcos 8:34 y:

Lucas 9:23 (RVR 1960):  Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

En esta expresión nuestro Señor Jesús le está diciendo a su iglesia una importante e imprescindible condición que debe cumplir una persona para ser un verdadero discípulo de Él. Hoy esta expresión e instrucción sigue vigente, Jesús nos dice a cada quien: ¿Quieres seguirme? ¿Quieres ser parte de mi Iglesia? ¿Quieres ser mi discípulo?, niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme todos los días.

¿Qué significa, toma tu cruz y sígueme?

Es importante que como cristianos sepamos discernir en el espíritu cual es esa cruz que debemos tomar para seguir a Cristo. Esto es, porque muchas veces tomamos una cruz que Dios no ha puesto en nosotros para seguir a Jesús.

Cuando eso sucede esa cruz impuesta por nosotros mismos se no vuelve una carga pesada, dolorosa y muchas veces amarga. Seguir a Cristo es un proceso que debe ser ligero en nuestras vidas, aun atravesando pruebas o tribulaciones, recordemos las palabras de Jesús en:

Mateo 11:28-30 (TLA): 28 -Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. 29 Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. 30 Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar-.

Jesús también nos insta a negarnos a nosotros mismos, esto es a nuestra propia voluntad. El asunto está en que seamos obedientes, como lo fue Jesús en hacer la voluntad de Dios su Padre.

Lucas 22:41-42 (RVR 1960): 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Esa debe ser nuestra oración, como escribe el evangelista Lucas “tome su cruz cada día”. Si, cada día debemos orar y anhelar saber lo que hay en el corazón de Dios para nosotros.

Si buscamos hacer solo la voluntad del Padre celestial, no será difícil cumplir, ni pesada la carga que debemos llevar por honor al nombre de Cristo. Entra y conoce aquí El Padre Nuestro, la oración de la que debemos aprender un poco más.

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Jesús nos llama a morir para resucitar en Él

En el tiempo de Jesús en la tierra, los romanos imponían a los que estaban condenados a morir crucificados a llevar su propia cruz. Esa cruz la debían cargar por todo el camino hasta llegar al sitio de ejecución y en el trayecto eran objeto del escarnio y la humillación pública.

En tal sentido, Jesús al decirnos «toma tu cruz y sígueme», nos está haciendo un llamado a caminar ese trayecto. Pero con el entendimiento de que debemos estar dispuestos a morir a nuestra naturaleza adánica.

Con la confianza absoluta que, así como muere nuestro viejo hombre también resucita uno nuevo revestido de Cristo, por eso sus palabras “Niéguese a sí mismo”. Y es que después de Lucas 9:23, podemos leer:

Lucas 9:24-25 (RVC): 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. 25 Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si se destruye o se pierde a sí mismo?

Humanamente hablando este llamado de Jesús se interpreta como algo muy difícil de hacer. Pero en lo espiritual, el aceptar el llamado de seguir el camino de Cristo la recompensa es incalculable: La Vida Eterna.

Algo muy importante es que el llamado de Jesús no es para unos y otros no, porque bien lo refleja el evangelista Lucas: “Y decía a todos”. La cuestión está en la disposición que tengamos a seguir y aceptar el llamado, es allí donde están los escogidos:

Apocalipsis 3:20 (RVC): ¡Mira! Ya estoy a la puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa, y cenaré con él, y él cenará conmigo.

¿Estamos dispuestos a tomar la cruz?

Responder a esta pregunta demanda una gran responsabilidad de nuestra parte. Porque seguir el camino de Cristo, cuando los vientos son favorables resulta fácil de hacerlo.

¿Pero qué pasa cuando los vientos se hacen contrarios? Pues, es allí cuando nuestro verdadero carácter y compromiso con Jesús se vera de manifiesto. Ser un verdadero discípulo de Cristo exige sacrificio, firmeza y perseverancia.

Jesús nunca nos dijo que el camino para seguirlo sería color de rosas. Al contrario, nos dijo que vendrían pruebas pero que debíamos confiar y creer en Él. Ante la pregunta ¿Estoy dispuesto a tomar mi cruz? Conviene reflexionar lo siguiente:

  • ¿Estoy dispuesto a crucificar mis propios intereses y voluntades?
  • Al seguir a Jesús, ¿Estoy en la disposición de perder quizás a amigos muy cercanos?
  • ¿Estoy en la disposición de renunciar a costumbres y hábitos familiares?
  • ¿Al seguir a Jesús, estoy dispuesto a exponerme y perder mi reputación?
  • ¿Estoy dispuesto a seguir a Jesús, aun si esto signifique perder mi vida?

Jesús nos promete que si lo seguimos estaremos con Él en su Reino, en este sentido te invitamos entrar en el artículo: ¿Qué es el Reino de los Cielos y cómo llegar a él? El Reino de los Cielos hace referencia al reino donde Dios será el gobernante y juez. Su sede se encuentra en el cielo, es un reino que será para siempre y nunca tendrá fin. De igual forma te invitamos a que conozcas ¿Cuáles son las 3573 promesas de la Biblia y quién las hizo?

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