No hagas tesoros en la tierra: ¿Qué significa esto?

Actualmente el ser humano por las presiones del día a día, busca cómo acumular. Trata de acumular dinero, acumular prestigio, amontonar bienes; incluso cosas que no necesita pero cree que el poseerlas lo distingue y lo marca como “más grande”. No hagas tesoros en la tierra.

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No hagas tesoros en la tierra

Entre los tesoros que ambiciona un ser humano en la tierra están el poder económico y el poder político. El poder económico hace referencia al poder de compra, de adquirir bienes, artículos, autos; casas e incluso creen en la compra de personas.

Con este tipo de “tesoro” o poder económico las personas tienen la capacidad de influir; en la toma de decisiones en cualquier ambiente. El dinero ha incentivado siempre al ser humano a cometer todo tipo de pecado conocido en la tierra.

Respecto al poder político, aplica la lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas; que ocupan un cargo dentro de las esferas de un gobierno, influyendo en su pensamiento o en la manera que actúa una sociedad.

También, el poder económico y el político se unen para formar el resultado de la acumulación de ambos. En lo que se denomina el “el negocio”, que muchos lo justifican tratando de que algún día; ellos también puedan ejercerlo o simplemente como una ilusión.

Entonces, el poder que no viene de DIOS, sino de los hombres pude considerarse injusto. De esta manera, el poder es endémico entre los seres humanos. Sin embargo, existen excepciones de algunas personas que tratan de ejercer el poder; pensando en los demás.

Dónde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón

Hoy en día, se observa en las redes sociales, las niñas presentan las fotos, imágenes, extravagantes; mostrando desnudez o en posturas para ser vistos y que fijen la atención de la sociedad. Para qué los jóvenes por igual buscan la fama, buscan el reconocimiento de la sociedad como buenos o únicos en algo, cualquier cosa.

Entonces, para conocer dónde está el corazón de alguien, es suficiente ver la actuación de alguien. En el esfuerzo o afán que a cada momento realiza o está pensando; que es la intención del corazón, delata a cualquiera, no hagas tesoros en la tierra.

El apóstol Pablo, en Colosenses 3:2, dice:

”Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.

De esta forma, el apóstol conocía que las cosas terrenales son pasajeras: que los tesoros en la tierra se pierden pero los celestiales no.

La vida terrenal y la vida eterna; no hagas tesoros en la tierra

El ser humano, por la sociedad en que está viviendo, el apuro es por ganar el mundo entero, acumular riquezas; sin tomar en cuenta el tiempo de vida en la tierra y no en la vida eterna, que en el Señor Jesucristo es realidad para alcanzarla. Para cambiar la dirección de tus tesoros solo hay que cambiar la dirección de tu corazón.

Otro aspecto a considerar, es que el ser humano, acumulador de riquezas, no toma en cuenta el hecho de lo acumulado en su vida sobre la tierra no puede ser llevado a su tumba para que lo disfrute, como era el pensamiento de los faraones en el antiguo Egipto. No hagas tesoros en la tierra, los tesoros acumulados de la tierra, en la tierra quedan.

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No hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurta

En referencia a los tesoros terrenales, donde estos se encuentren siempre hay un ser ambicioso y con codicia que trata de quitárselos al que los posee, incluso crea ingeniosas maniobras para alcanzar ese objetivo. De esta manera, no pueden establecerse guardas o seguridad alguna. La riqueza ajena siempre tiene amigos indeseables. Entonces, el afán de atesorar hace que el ser humano olvide a DIOS, fijando su vida solo en convertirse en acaudalado, aunque no lo logre.

También están los que no realizan el trabajo de obtener las riquezas sino simplemente crean los negocios para manejar operaciones con ellas, explotando a otros y ganando recompensas por esto. Esto es minar, que es la avaricia mercantil, permite acumular tesoros a una persona pero no dirige su atención a los bienes espirituales, no hagas tesoros en la tierra, por tanto no tienen la gracia de la vida eterna. Los tesoros en el cielo, la vida eterna, nadie la roba, nadie la mina, solo hay felicidad por siempre.

Tesoros Perecederos y su recompensa, no hagas tesoros en la tierra

  • Si depositas tus tesoros en el cielo no hay ladrón que pueda robarte
  • Para lograr esto solo hay que cambiar la dirección del corazón y de la mente hacia DIOS. A través de la ayuda al prójimo, las palabras de aliento, hay en el mundo muchas personas requieren y necesitan ser amadas, sin buscar recompensas a los que sirves.
  • Debe tener en cuenta todo aquel que ayuda o apoya al prójimo, que si busca recompensa de hombre, recompensa de hombre recibirás, conociendo de antemano que el ser humano insensato no valorará el esfuerzo que hagas.
  • Entonces, no busques recompensa de los hombres, solo piensa que sigues los lineamientos de DIOS.
  • Entonces, debe tenerse en cuenta el no trabajar o afanarse por lo que algún día perecerá.

Tesoros eternos, Tesoros en el cielo

A través de Romanos 11:29:

“Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de DIOS”.

Todo lo anterior, pasa por el ser humano, que no es fácil el interpretarlo y ejecutarlo. Nadie quiere ser pobre nada más que por acumular un principio para “congraciar” a DIOS. El Creador no necesita que la persona “fabrique”, simulando su vida como un ser digno de bienaventuranzas. No es posible engañar a DIOS.

Ahora para alcanzar los tesoros en el cielo, el corazón del ser humano debe ser sanado, dejar de lado lo material, no hagas tesoros en la tierra y acatar las leyes de DIOS.

En el momento en que el ser humano comienza a agradar a DIOS en las cosas que hace, todo cambiará extraordinariamente, porque DIOS pondrá en las manos de ese ser lo que necesita para ayudar al prójimo.

Entonces, el mayor afán, el mayor esfuerzo debe ponerse en estar al lado de DIOS siempre, para lograr la habitación en el cielo y la vida eterna, donde no hace falta sembrar, cosechar, almacenar.

De esta manera, DIOS enviará su Espíritu Santo para llenar de dones y fuerzas un corazón nuevo conforme a su voluntad, en el nombre de Jesucristo.

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