La Biblia puede considerarse también un libro que rige el comportamiento del ser humano. En ella encontramos no solo historias y algunas enseñanzas, también está la ley de Dios. Esta ley son los mandamientos que debemos respetar para ser seres de luz. En este artículo analizamos Mateo 5:31, sobre el adulterio.
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Adulterio, por casarse con una repudiada. Mateo 5:31 en Religión
Hoy en día podemos observar diversos comportamientos en las personas que no son precisamente ejemplares. Aunque existen las leyes para regir y controlar el comportamiento, algunos deciden desobedecer. Esto también aplica en el contexto espiritual, hay quienes deciden desobedecer a Dios por diversas razones.
Desde hace mucho tiempo sabemos que existe la ley de Dios, los 10 mandamientos, con los cuales llegaríamos a la perfección. Aunque estos son la base de nuestro comportamiento y quebrantarlos es un pecado enorme, aún hay quienes lo hacen. Ya sea por la tentación que debemos evitar o por rebeldía, algunos se olvidan de Dios por sus deseos terrenales.
Este es el caso con uno de los mandamientos, particularmente, el 7mo. En este se dice que no cometeremos adulterio. Aunque parece algo sencillo de cumplir, es enorme el número de casos de adulterio en todo el mundo. Esto no ocurre solo en nuestros tiempos, que creemos algunos son los peores en lo que al respeto y la pureza se refiere, sino que ocurría en los tiempos de Jesús, Nuestro Señor. Por ello, Jesús juzgaba a quienes hacían esto.
No han sido pocos los que han repudiado a su mujer por razones que son, incluso, absurdas. De hecho, un pasaje de la Biblia menciona el adulterio y dice que también comete adulterio quien se casa con una repudiada, pero ¿Qué culpa tendría alguien de que fuera repudiada? Ya lo explicaremos. Si quieres conocer más acerca del creador, te invitamos a leer el siguiente artículo sobre el origen del nombre Jehová.
¿Qué decía la Mateo 5:31-32 respecto a esto?
El adulterio es un problema desde tiempos inmemorables, aún cuando Nuestro Señor estaba con nosotros en la Tierra. Respecto a este tema, que él juzgaba con razón, hay un pasaje en la Biblia, particularmente en Mateo 5:31-32 que citamos a continuación:
«También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.
Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa
de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio».
Como vemos y era obvio por lo que sabemos sobre los mandamientos, el adulterio es un pecado repudiable y es preferible el divorcio antes que hacer tal cosa.
Aunque existe el divorcio y sería mejor opción, aún hay un problema, y es la razón por la que se lleva a cabo. Muchos fueron y son también ahora, quienes repudian al ser que decían amar y esto por cualquier mínimo motivo que no eran por causa de fornicación (que la mujer fuera infiel). Otro pasaje bíblico que menciona esto es Mateo 19:9 y dice lo siguiente:
«Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera».
Como vemos, es similar a lo que dice Mateo 5:31-32 pero en referencia también al hombre que la repudia, quien también comete este pecado.
¿Por qué casarse con una repudiada es adulterio?
Para responder a esta pregunta, lo mejor es analizar brevemente lo que dice la Biblia en Mateo:31-32 y también lo que dice Mateo 19:9.
Quien repudie a su mujer que se divorcie. Sin embargo, aquel que repudie a su mujer y no sea por causa de fornicación o infidelidad, hace que ella adultere y que quien se casa con ella también comete adulterio.
¿Por qué quien se casa con ella cometería adulterio? Por lo que se menciona en Mateo 19:9, que lo explica de mejor manera. Cuando una mujer es repudiada, pero no por causa de fornicación o infidelidad, entonces el divorcio no puede ser algo válido. Por lo tanto, aquel que se case con la mujer repudiada, al igual que ella, comete adulterio porque ella sigue estando casada.
Esto implica también que, quien repudia a su mujer, por cuestiones que no son fornicación, hace que ella adultere. Todo esto lo dijo Jesús, quien no condenaba a quienes lo hacían, pero establecía que todos los que hacían esto cometían adulterio.
El tema de los divorcios
Quizás pensemos que en la actualidad el divorcio no es algo que se pueda tomar muy en serio, pues ocurre por cosas banales en ocasiones. Sin embargo, hace muchos años y cuando aún Jesús estaba con nosotros, esto también era así.
Jesús, Nuestro Señor, juzgaba a quienes se divorciaban por razones ajenas a las ya mencionadas. Y esto era porque había quienes decidían hacerlo por razones absurdas, solo para poder irse con otra mujer. Es por ello que se dice que, a menos que sea por razón de fornicación, quien repudia a su mujer, la hace cometer adulterio, pues ella se casará con alguien más estando casada todavía.
Además, existen evidencias que demuestran que las causas de divorcio en el primer siglo, eran hasta risibles. Como podemos ver, la cuestión de jugar con la documentación para dar buena apariencia no es algo de hoy en día, ocurría hasta en el siglo I. De este modo, muchos hombres podían divorciarse de la persona que prometieron amar en las buenas y en las malas, para luego casarse con otra mujer que les gustara.
Y esto, incluso, lo volvían a hacer, una y otra vez. Estas razones son las que hacen que se cree toda una ola de adulterio que se hace hasta compleja de comprender.
La ola de adulterio, hasta nuestros días
Como vimos, esto ocurría incluso cuando estaba Jesús. Sin embargo, las consecuencias de tal acto terminaban por hacer pecar a otros también. Analicemos esto una vez más.
El hombre que quiere divorciarse por una causa risible lo hace porque quiere a otra mujer, entonces comete adulterio al ser su divorcio algo sin base. Su entonces mujer, adultera, pues no está debidamente divorciada para casarse con otro hombre. Este otro hombre, adultera, porque se casa con una mujer que ya estaba casada.
Y así, muchos son quienes terminan evitando cumplir con el 7mo mandamiento, y también terminan por degenerar por completo lo que es el divorcio en sí. Esto, desafortunadamente, es una práctica que se ha hecho común a lo largo de la historia y crea una toda una ola de adulterios que no deberían ocurrir.