Libro de Daniel: género, idioma, aportes y mucho más

En ésta oportunidad hablaremos sobre el libro de Daniel, es un libro histórico y profético donde vemos la mano del Dios Altísimo velando por su pueblo.

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La Historia del libro de Daniel

La Historia del libro de Daniel se inicia en otro pasaje, 2da de Reyes capítulo 24, antes de la caída de Jerusalén, hubo muchos reyes y líderes que no obedecieron la ley del Señor. Debido a este hecho, Babilonia pudo conquistar al pueblo de Israel.

Autor y circunstancias del libro de Daniel

Una sucesión tras otra de reyes jóvenes e impíos, que no obedecían los mandatos escritos en la ley de Moisés junto con un pueblo apartado de Dios como sus líderes, fue lo que ocasionó la caída de Jerusalén por parte de la mano de Babilonia.

El libro de Daniel expone la historia de su autor, teniendo como título su nombre. Las luchas, dificultades, los cambios que este pasó a su llegada a Babilonia. Al ser uno de las personas de la cohorte real de David en Jerusalén, Daniel fue llevado a cautiverio.

Daniel con tan solo 17 años de edad aproximadamente y sus tres amigos, Ananías, Misael y Azarías, tuvieron que salir de su hogar, ser llevados como servidumbre para el rey Nabuconosor y obligados a abandonar su identidad.

La vida de Daniel no fue fácil, vivió muchas injusticias, sirvió a diferentes reinados babilónicos y debido a su fidelidad con quién era él, superó muchas dificultades.

Pero, aunque no fue fácil para Daniel nunca dejó de destacar la mano poderosa de Dios. Más bien, cada uno de los reyes a quien sirvió vieron y reconocieron a Dios en él. En el libro titulado por su nombre se deja en claro que solo por la mano de Dios, Daniel y sus amigos pudieron enfrentar la vida como extranjeros.

Ejemplo de vida en el libro de Daniel

La vida de Daniel es un ejemplo para todos los creyentes de hoy en día. Una de las actitudes claves que tomo este personaje fue la sujeción a las autoridades pero al mismo tiempo no dejar que éstas se interpusieran en la relación personal de él con Dios.

Recordemos que para Daniel vivir en Babilonia no fue su elección, él era un extranjero, obedecía al rey (por ser el rey de su realidad) pero no adoraba ni compartía los placeres, tradiciones y los deseos de Babilonia.

Él sabía que dejar a Dios de lado por las circunstancias que lo perjudicaban en el presente, traería la muerte en el futuro.

Una de las cosas que se le atribuyen a este profeta fue la disciplina que tenía al orar y el anhelo que sentía por estar en la presencia de Jehová. Por estar razones Daniel desde su llegada a Babilonia fue perseguido y humillado delante y por los gobernantes de su tiempo.

El ayuno fue también una actitud resaltante de Daniel, él entendía que sin las fuerzas del Padre no podía enfrentarse a los demás miembros del consejo real, o a cualquier persona que no conociera al Señor de sus antepasados personas con raíces profundas en las costumbres y tradiciones paganas de Babilonia.

En una Babilonia moderna

Recordar que Babilonia no era cualquier ciudad, era la metrópolis de su tiempo y también el pozo de iniquidad de donde Dios sacó a Abraham y Sara, era en sí el lugar representativo de la corrupción humana.

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Volver a ese lugar implicaba tener contacto con las costumbres paganas y tener la tentación de volverse a la vida corrupta, volver a las pasiones pecaminosas. Daniel sabía que sin la guía de Dios en ese territorio hostil sería devorado por su propia naturaleza carnal.

Esto es algo que a nosotros hoy por hoy estamos enfrentando. La buena batalla de la fe, la lucha entre la vieja y la nueva naturaleza en nuestros corazones es algo que caracteriza el peregrinaje del creyente.

Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios.
Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes. (Y recuerden que los que no tienen al Espíritu de Cristo en ellos, de ninguna manera pertenecen a él).
Romanos 8:5-9

Si quieres, como Daniel, permanecer en las promesas del Señor para tu vida, te invito a leer el siguiente artículo donde hablaremos sobre algunos versículos bíblicos llenos de bendición.

Características del libro de Daniel

A continuación, algunas características resaltantes de este libro tan importante para el creyente:

Género literario

Se entiende por el género literario a la categoría asignada a una obra literaria por su contenido y estructura. En el caso de el libro de Daniel, se está hablando de una obra apocalíptica, rica en símbolos e imágenes. Debido al llamado de Daniel en ser profeta y como este (por medio de la gracia y el poder de Dios) pudo tener visiones o sueños proféticos.

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Es importante señalar que las visiones que Daniel aborda en su libro, como la descripción de las bestias, las setenta semanas y del tiempo final necesitan un estudio e interpretación cuidadosa. Incluso el estilo literario tiene parecido con la carta de Apocalipsis de Juan en el Nuevo Testamento.

Por esta razón, muchos eruditos de las Sagradas Escrituras utilizan estas semejanzas para estudiar y meditar en ambos libros.

Idiomas y aportes

El libro de Daniel tiene algo particular, además de ser rico en imágenes, es también un texto escrito en dos idiomas diferentes. En arameo y el hebreo, el arameo era para aquellas personas denominadas gentiles, eran partes del texto escritas para ellos y se referían a ellos en general. Estas personas no formaban parte del pueblo judío, pero eran pueblos fronterizos.

La parte escrita en el idioma hebreo se refería a los judíos en particular. Y no por tener esta diferencia de idiomas es un texto dividido, más bien se relacionan entre sí y son coherentes.

Cabe a destacar que hay un tercer idioma que es el griego, estos escritos en Daniel (cap. 3 v. del 24-30; cap. 13 y 14)  son los llamados deuterocanónicos, y aunque la iglesia católica, las iglesias cristianas ortodoxas y orientales las reconozca como parte del libro, la verdad es que en los escritos hebreos no existen. No son considerados partes del libro y no aparecen en algunas versiones de la biblia (como RV60 por ejemplo).

El autor sostiene un claro punto de vista sobre quién es Dios. Lo muestra como un Dios soberano, que gobierna las naciones y a los hombres y por lo tanto está en su potestad desecharlos. Este Dios participa de manera directa en los asuntos de sus amados, como los relatos del horno ardiente (3.14-30), la degradación de Nabuconosor (4.33) y la de Daniel en el foso de los leones (6.16-28).

Si estás interesado en saber más sobre el libro de Daniel y todo su contexto te invitamos a ver el siguiente video.

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