Entra en este artículo y descubre con nosotros, cómo podemos tener más humildad, hablando la verdad en amor a Cristo. Una virtud que todo creyente debe cultivar, porque Dios ve de lejos a las personas altivas.

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Hablando la verdad en amor
Nuestra vida cristiana se caracteriza en general por estar llena de convicción en lo que creemos que es nuestra fe por Cristo Jesús. Es por ello el sentir gran pasión y deseo de ir hablando la verdad en amor, entre las personas que aún no han sentido el toque del llamado de Dios para su salvación.
No obstante, en este apasionamiento por querer cumplir con la misión dada por Cristo de: Id y haced discípulos. Nos sentimos a veces inseguros si en realidad le estamos hablando a estas personas la Verdad de Cristo en amor.
Porque podemos llegar a sentir temor de hacerlo de una forma sermoneadora, rígida, acusadora y/o dominante, por el contrario, debemos madurar y desear ser como Cristo en todo sentido, tal como está escrito:
“En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.” (Efesios 4:15 – NTV)
En este caso debemos ser humildes en aceptar esta inseguridad o temor, y clamar a Dios, para que nos dé la sabiduría de saber cómo hacerlo. De forma que nuestro hablar con los que aún no creen en Cristo sea en amor, y no lleguemos a parecer insensibles o ásperos. Porque la sabiduría que viene del cielo es pura, amable, pacífica, benigna, compasiva y no fingida (Santiago 3:17). Es por ello que el apóstol Pablo nos exhorta:
“5 Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno. 6 Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.” (Colosenses 4:6 – NVI)
Hablando la verdad en amor: ¿Cómo podemos hacerlo con humildad?
Hablando la verdad en amor es uno de los preceptos fundamentales en el cumplimiento de la noble convocatoria a la que es llamado todo seguidor de Cristo. Sobre esto, el apóstol Pablo diserta en el capítulo 4 de la carta a los Efesios.
En ella el apóstol inicia el cuarto capítulo, con una exhortación para la iglesia, a que honremos tan digno llamamiento del Señor para formar parte del cuerpo de Cristo. Y nos dice que la forma de dar esa honra, es andando en completa humildad, paciencia y mansedumbre.
Además de soportándonos unos a otros en amor, a fin de cuidar la unidad de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo que es, manteniéndonos unidos en su Espíritu y en su paz.
Pero, el apóstol también nos habla de cómo debe ser nuestro comportamiento con las personas que aún no creen en Cristo. Y que para ello el Señor nos ha conferido por su gracia dones que nos capacitan para el ejercicio de la obra del ministerio al que fuimos llamado.
Dicho esto, ¿Cómo podemos cultivar humildad? A fin de crecer y parecernos cada vez más a Cristo, para cumplir con la misión de propagar su evangelio hablando la verdad en amor:
No nos creamos mejor de lo que realmente somos
En cuanto a esto procuremos evitar el tener un alto concepto de nosotros mismos, es decir creernos más que los demás, sino que por el contrario debemos vernos a nosotros mismo en función a como Dios nos capacitó para la obra del Señor:
“Por el favor que Dios me ha mostrado, les pido que ninguno se crea mejor que los demás. Más bien, usen su buen juicio para formarse una opinión de sí mismos conforme a la porción de fe que Dios le ha dado a cada uno.” (Romanos 12:3 – PDT)
Debemos tener el deseo de servir a los demás
La profesión a la que fuimos llamados que es profesar a Cristo y darlo a conocer a los que no lo conocen, hablando la verdad en amor. Debe incluir por ello la pasión de servir a los demás, teniendo el mismo sentir de Cristo Jesús, hagamos todo en humildad y:
“4 Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos. 5 Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo.” (Filipenses 2:4-5 – TLA)
Debemos estar siempre dispuestos a escuchar a los demás
En la búsqueda de cultivar humildad, debemos procurar ser prudentes al hablar y evitar el enojo o la ira. Así como también en todo tiempo estar dispuestos a escuchar a los demás y no abrumar a la otra persona en una charla profusa:
“Recuerden esto, estimados hermanos: estén más dispuestos a escuchar que a hablar. No se enojen fácilmente.” (Santiago 1:19 – PDT)
Hablando la verdad en amor: Proteger la privacidad del hermano en la fe
Cultivaremos humildad cuando al ejercer la tarea de evangelizar, procuremos proteger la privacidad de aquel al que le estemos predicando.
“Si tu hermano te hace algo malo, habla con él a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu hermano.” (Mateo 18:15 – DHH)
Dar testimonio de nuestras propias limitaciones
Ante de hacernos jueces de los demás, más bien demos testimonio de nuestras propias limitaciones o debilidades. Esto nos hace ser humildes y sinceros con las demás personas
“¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama.” (Mateo 7:3 – TLA)
Siendo humildes y justos en nuestra dádiva
Jesús nos enseña a ser justos en nuestra dádiva, siendo humildes y honestos. En función a estos cosecharemos:
“Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.».” (Lucas 6:38 – DHH). Ahora puedes leer estos tres artículos que te indicamos a continuación. Donde podrás instruirte en temas de gran interés y relevancia en la fe ¡Te esperamos!
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